Stephen y Gillian forman un afable matrimonio británico cuya importancia para el mundo de la música no se adivina a simple vista. Ella fue una de las pioneras del sintetizador allá por 1980, cuando Kraftwerk dio el pistoletazo de salida en su uso para la música comercial. Él, con sus ritmos cortantes y dejes de música tribal, marcó la senda que siguieron los grandes percusionistas de los ochenta. Stephen y Gillian son el batería y la teclista de New Order, grupo tótem del electropop ochentero, surgido de las cenizas de Joy Division tras el suicidio de Ian Curtis. Pero además, Stephen y Gillian son marido y mujer desde hace diecinueve años. Juntos, dedicaron unos minutos a ABC antes del concierto que New Order ofreció en el Festival Internacional de Benicasim.
Ahora que lleváis bastantes conciertos a las espaldas, ¿seguís pensando que reunir a New Order a principios de este año fue una buena idea?
STEPHEN: Yo sigo disfrutando, desde luego.
GILLIAN: Al principio fue solo para dos concierto benéficos, pero nos sorprendió mucho que la gente aún quisiera ir a vernos. No contábamos con eso.
¿Creeis que el momento de «revivals» ochenteros que atraviesa el mundo de la música ha ayudado a que nos os olviden?
S: Puede ser. La música gira una y otra vez sobre los mismos círculos. Si sabes esperar lo suficiente, todo regresa. No pensamos en eso al decidir reunirnos, pero sí, puede que haya ayudado a que una nueva generación haya descubierto a New Order.
¿Tenéis pensado meteros en el estudio?
S: Sí. Cuando terminemos la gira, que será a finales de año, nos tomaremos un tiempo, nos sentaremos a escribir canciones y a ver qué sale. En el negocio se han transformado muchas cosas desde que nosotros empezamos. La distribución, las exigencias del mercado... Así que no creo que hagamos un disco completo, pensamos más en componer unas cuantas canciones y sacarle partido a la distribución por internet.
Peter Hook [el bajista original de la banda] no ha querido formar parte de esta reunión, pero está de gira tocando canciones de Joy Division. ¿No os gustaría más que estuviera con vosotros?
S: Ahora mismo las cosas están un poco raras entre nosotros y Pete. Es una pena, pero la gente cambia aún después de tantos años habiendo estado juntos. Parece que él está contento haciendo lo que hace, y nosotros lo estamos haciendo lo que hacemos. Nos resultaría un incómodo volver a trabajar con él.
Últimamente, con la película «Control» [el «biopic» sobre Ian Curtis] y todo este asunto de los «revivals», se habla mucho de Joy Division y aquella época. ¿La echáis de menos?
S: Un poco. Ver «Control» me resultó muy extraño, porque en su momento no nos dimos cuenta de lo que fue Joy Division. Empezó a crecer, crecer y crecer sin que ninguno hiciésemos nada. La película me dejó afectado. Porque echo de menos a Ian, un montón. El asunto de su muerte lo confundió todo. Pasó mucho tiempo, diez o quince años, hasta que fui capaz de escuchar el material que hicimos con Joy Division, hasta que conseguí separar las cosas y apreciar lo bueno que era. Ahora estoy muy orgulloso de él.
Stephen, ¿te sentiste identificado con tu personaje en «24 Hour Party People»?
S: (Se ríe). Bueno, me convirtieron en un personaje de comedia. La gente siempre me pregunta si de verdad toqué la batería en el tejado. Y no, no lo hice. Fue el batería de The Stone Roses.
¿Escucháis a nuevos grupos de electrónica?
S: (Se toma unos segundos) Factory Floor. Es un grupo que hace un estilo muy parecido al de New Order en su momento.
G: También hemos estado escuchando mucho a Grimes.
¿Y David Guetta?
S: Hum... Es más del estilo de Gillian.
G: Stephen es más de escuchar nuevos grupos, un estilo underground... A mí me gusta Guetta, sí. Me gustan los DJs, la música pop, Lana del Rey...
¿Cómo se compone una canción como «Blue Monday»?
S: Eso es algo que nos seguimos preguntando. De momento no hemos encontrado la repuesta, porque no hemos vuelto a hacer una canción así
G: Yo no la definiría como una canción exactamente. Fue algo experimental que nos salió en el estudio. Un experimento que sorprendentemente se convirtió en un éxito de masas. En realidad es simple. Tiene secuencias muy básicas, muchos «riffs» de percusión que se repiten...
Gillian, has vuelto a la banda después de diez años retirada de los escenarios para cuidar de vuestros hijos. ¿Qué te animó a volver?
G: Bueno, estaba cansada de estar en casa... (Risas). Los niños ya han crecido, pueden cuidarse solos, yo tenía ganas, se presentó la oportunidad... y dije que sí. Nunca pensé que volvería a tocar con New Order.
Y Stephen, ¿cómo se lleva eso de llevarte de gira a tu mujer?
S: En realidad estuvimos haciéndolo desde que nos casamos, así que para nosotros es normal. Gillian se acuesta pronto y no me deja beber, pero los años sin ella fueron mucho más duros.
Fotografía: Javier Tahiri
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