martes, 24 de enero de 2012

El deporte y los Oscar, ochenta años de romance



Desde «El campeón» en 1932 hasta «Moneyball» en 2012, decenas de películas sobre el mundo deportivo han pasado por la alfombra roja

Al elegante Tío Oscar no le gusta ponerse chándal. De hecho, en toda la historia de los galardones de la Academia, solo tres películas cuyo tema principal es el deporte han conquistado el premio a la mejor película: "Rocky" en 1976, "Carros de fuego" en 1981" y "Million Dollar Baby" en 2004. La lista se puede engrosar con "Ben-Hur" y "Gladiator" si consideramos que, en su día, las peleas de gladiadores y las carreras de cuádrigas eran como ir al fútbol o a la F1 en el mundo romano.

Pero entre las nominadas y el resto de categorías, la representación deportiva es infinitamente mayor. En la quinta edición de los Oscar, en 1932, se coló el primer título. Y como no podía ser de otra forma, versaba sobre el deporte cinematográfico por antonomasia: el boxeo. "El campeón", un filme dirigido por el prolífico King Vidor que fue el mayor taquillazo de la Metro de aquel año. Aunque en esa edición el máximo galardón se lo llevó "Gran Hotel", la película de Vidor era propensa a la oscarización: tenía una historia de superación personal (un ex campeón de los pesos pesados dado a la bebida que decide volver al ring), el respaldo del público, y una pareja de actores entonces conocidos a los que los espectadores estaban acostumbrados a ver trabajar juntos: Wallace Beery (que gracias a "El campeón" ganó el galardón a mejor actor principal) y Jackie Cooper.

Aunque hoy es una obra olvidada, "El campeón" fue la primera de una larga lista de títulos oscarizables que bucean en el mundo del deporte. El último de ellos es "Moneyball", que este año aspira a seis premios (mejor película y actor [Brad Pitt] incluidos). Una historia de béisbol basada en la temporada de 2002 de los Oakland Athletics, equipo que, gracias a las tácticas revolucionarias de su gerente y su entrenador, ganó con un presupuesto mínimo la Conferencia Oeste de EE. UU. estableciendo un récord de 20 partidos cosecutivos invictos.

También bajo la coletilla de "basada en hechos reales", "The Fighter" fue la mayor triunfadora deportiva en los Oscar del año pasado. Christian Bale y Melissa Leo se llevaron los dos premios a actores de reparto. El guión adapta la historia del ex boxeador Dicky Eklund (que perdió el combate más importante de su carrera contra "Sugar Ray" Leonard) y su hermano menor, Micky Ward, campeón de los pesos superligeros. Y es que el boxeo es el deporte rey en la alfombra roja. Por ella han pasado el realismo sucio de Martin Scorsese en "Toro salvaje", la habilidad de Clint Eastwood para radiografiar las relaciones humanas en "Million Dollar Baby", la épica vigorexizada de Silvester Stallone en "Rocky", el sentimentalismo de Ron Howard en "Cinderella Man", la autocrítica estadounidense de Michael Mann en "Alí"... Distintos prismas para un deporte que, trasladado al celuloide, es el que mejor habla de las grandezas y las miserias humanas. Tampoco hay que olvidar las escenas de boxeo protagonizadas por Charlie ChaplinJohn Wayne en dos de las películas con más encanto de la historia de los Oscar: "Luces de la ciudad" y "El hombre tranquilo".

Curiosamente, dos de las tres películas deportivas que cosecharon el máximo galardón son de los Oscar históricamente más discutidos. De "Rocky" se suele recordar que le arrebató el honor en 1976 a "Taxi Driver". Y a "Carros de fuego" (que superó a Indiana Jones en 1981) se la suele considerar uno de los clásicos de la Academia más sobrevalorados. La historia de la rivalidad olímpica entre Harold Abrahams y Eric Liddell, por cierto, no es la única sobre atletismo que llegó a ser nombrada en una ceremonia. "Marathon Man", una de intriga en la que Dustin Hoffmann interpreta a un corredor de maratones, le valió la nominación a mejor actor secundario a Sir Lawrence Olivier.

Por supuesto, otro de los deportes favoritos de Hollywood es el fútbol americano. "Jerry Maguire", una crítica al despiadado mundo de los agentes deportivos que probablemente no esté entre las favoritas de Jorge Mendes, le granjeó a Cuba Gooding Jr. y su mítica frase "show me the money!" el Oscar a mejor actor de reparto en 1996. "The Blind Side", la azucarada historia de una mujer "bien" (Sandra Bullock) que acoge a un joven "sin techo" aspirante a estrella de la NFL, se coló entre las nominadas a mejor película en 2010. La genial "En bandeja de plata"(Billy Wilder), cuyo desencadenante es el placaje que recibe un cámara de televisión (interpretado por Jack Lemonn) en un partido, cosechó un oscar por el gran papel de granuja de Walter Matthau.

El baloncesto también ha deslizado un par de canastas hacia la alfombra roja. "Hoosiers", basada en una historia real, cuenta cómo el equipo del instituto de un pequeño pueblo ganó el campeonato estatal de indiana. En 1987 consiguió dos nominaciones, una para Dennis Hopper como actor secundario. "Hoop Dreams", un laureado documental de 1994 que muestra la trayectoria de dos jóvenes negros que quieren jugar en la NBA, fue nominada por su montaje.

El fútbol y el tenis han tenido una presencia discreta en los Oscar. Pero ambos han inspirado dos de las escenas más magistrales de la historia del cine deportivo. "El secreto de sus ojos" (mejor película extranjera en 2010) contiene un excepcional plano secuencia, previo a una persecución, en el estadio del Racing de Avellaneda repleto de aficionados, de una potencia visual escalofriante. En "Extraños en un tren" (nominada por su fotografía en 1951), Alfred Hitchcock hizo un uso magistral del tenso montaje paralelo en una escena en la que intercala el partido de tenis que juega su protagonista (Farley Granger interpreta a un tenista profesional) con los movimientos del asesino (Robert Walker) que quiere inculparle de su crimen.

El resto de deportes apenas ha pasado por los premios, aunque hay excepciones gloriosas. En "Bienvenidos a Belleville", un delicioso filme de animación francés con doble nominación en 2004, el ciclismo y el Tour de Francia juegan un papel esencial en el argumento. "Seabiscuit", nominada a mejor película en 2003, es la historia de un caballo ganador durante la Gran Depresión. Aunque para títulos memorables relacionados con las carreras hípicas está "El golpe" (mejor película en 1973). Curiosamente, esta no fue la película que le valió el Oscar a Paul Newman, sino otro papel deportivo que firmó trece años después: el de Eddie "Relámpago", un jugador profesional de billar, en "El color del dinero".

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